martes, 14 de agosto de 2007

El Nombre de Guadalupe y el Nacimiento de las Ciencias

La Virgen de Guadalupe y la Historia de la Ciencia

En el blog anterior sobre El Nombre de Guadalupe presentamos la centralidad de la Imagen sobre la que convergen la Sagrada Escritura, la geografía y la historia universal. Queda, para los próximos días pasar al español la convergencia de las estrellas de su actual en inglés, sito en:
http://veritasliberabit.blogspot.com.

Pero es tambien asombroso lo que Dios dispuso en la historia de las ciencias, las luces que enlazan sus principios con Galileo; la reprobación de Newton y Einstein, lo que apunta para el futuro…

Recordemos ante todo, que hablar seriamente sólo puede hacerse en católico; y la prueba al canto. El Gran Galileo fue Jesucristo. ¿Qué puede tener de extraño que Dios haya querido fijar en su nombre el hito histórico para el desarrollo científico por medio de Galileo Galilei? ¿Puede la ciencia estudiar algo que no sea la obra de Jesucristo, Dios verdadero? ¿No lo vimos ya en los nombres providenciales? ¡Pinta la Niña Santa María! ¡Cristóforo Colombo! ¡Rodrigo de Tri-ana! Y hasta el primer presidente de la República se pondría Guadalupe Victoria confirmando los enlaces del destino por los nombres.

Hablemos primero de Galileo y de Benedetti. Galileo Galilei nace el mismo año que William Shakespeare, en 1564. Pero a diferencia de todos los grandes del renacimiento su figura se agiganta sobre todos por no ser renacentista, sino mucho más que eso. Galileo Galilei, nacido en Pisa Italia el 15 de febrero de ese año lleva en sí el nacimiento de la ciencia.

Todos los demás grandes del renacimiento: Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Cervantes, Shakespeare; los grandes pintores de Flandes, de Italia, los arquitectos, escultores y músicos rendían culto a la antigüedad grecolatina. Imitaban a los clásicos. Pero no así Galileo Galilei. Galileo no tenía a quien imitar, aunque tuvo un precursor.

Galileo establece por primera vez la mecánica y la dinámica, es también el primer relativista, concepto suyo que retomarían Maxwell y Einstein entre otros. Es el primer científico completo, a la vez teórico y experimental, en lo que Newton le seguiría, pero ya no Einstein, para dar ejemplos. Hoy día los físicos son claramente o teóricos o experimentales. Funda las ciencias experimentales. Descubre el principio del reloj observando el movimiento pendular de una lámpara en una iglesia y constatando su regularidad tomándose el pulso, lo que permitiría a Huygens construir el primer reloj mecánico. Desarrolla tanto el telescopio como el microscopio abriendo a las ciencias el macrocosmos y el microcosmos y junto con su sucesor, Newton, son los científicos más completos que hayan existido jamás. Como es obvio, debiéndole todo el segundo al primero. ¿Habría habido Newton sin Galileo?

Tan completo como genio es Galileo, que además de ser hombre de ciencia teórico y experimental es empresario. La República Veneciana era una potencia marítima, y Galileo les ofrece el primer telescopio para su marina ampliando sus ventajas tácticas. Esta aportación le permitirá recibir una renta de por vida para que libre de problemas económicos pueda concentrarse en el nacimiento de la ciencia.

Como enlace con nuestra Historia Guadalupana, recordemos que el Gran Galileo histórico es Jesucristo Nuestro Señor, el Hijo de María, el predicador de Galilea a quien anunciara Juan el Bautista. Recordemos que por ello galileo y cristiano son sinónimos, y qué El Precursor” Juan el Bautista nació apenas poco antes, ya que el viaje de la Virgen después de la Anunciación fue para ayudar a su prima Santa Isabel que estaba encinta. El precursor de este Galileo científico, y científico él mismo también, se iba a llamar Juan Bautista. ¡Sí, se repite el caso por los nombres!

La Imagen que nos dejó Santa María de Guadalupe en 1531 es el de una doncella encinta. Por ello, nada tiene de extraño que el 14 de agosto de 1530 en Venecia, Italia, haya nacido el precursor de Galileo, y que éste se haya llamado Giovanni Battista Benedetti (1530-1590). Ni más ni menos que Juan Bautista Bendito. Benedetti como precursor trabajó también en la libre caída de los cuerpos y postulo una teoría casi idéntica a la que Galileo Galilei publicaría en su obra “De Motu” en 1590.

Tomando el hilo histórico del nacimiento de la ciencia, nada tiene de raro que la antorcha o estafeta como ocurre en las carreras de relevos la haya pasado la Divina Providencia al siguiente protagonista genial, a Isaac Newton el mismo año de la muerte de Galileo. Así, mientras que uno muere y el otro nace, todo en el mismo año de 1642, para que no quede duda de la Divina Mano providencial Newton nacerá el 25 de diciembre, en el día de Navidad. (Galileo murió el ocho de enero).

Para rematar, y eliminar toda duda respecto al sentido guadalupano del fenómeno, tres acontecimientos de monumental importancia universal se van a enlazar el año de 1666:

  1. En México, entre enero y marzo de 1666 se llevan a cabo las primeras Informaciones Guadalupanas que serán definitivas para la Iglesia al presentar los testimonios tanto indígenas como criollos de la realidad de las Apariciones. No fueron las Informaciones de Zumárraga por lo ya visto, ni de los contemporáneos de Juan Diego, pero se presentaron testimonios irrefutables de los descendientes directos de quienes sí conocieron a Juan Diego. Los testimonios de los veinte testigos más calificados del momento fueron amplias, coincidentes en lo esencial y uniformes entre criollos e indígenas, sorprendente tratándose de culturas tan diferenciadas y con tan gran número de testigos, cuando muchas veces, y en circunstancias de menor importancia es difícil encontrar dos testimonios plenamente acordes en lo esencial. Este hecho nos da la razón providencial para la desaparición de las Informaciones de Zumárraga, el que las primeras informaciones, las de 1666, fueran una de las tres informaciones enlazadas ese mismo año para la lucha decretada por Dios desde Génesis 3:15. La Virgen de Guadalupe y nosotros su descendencia contra las fuerzas de la Sinagoga de Satanás, y la ciencia para dirimir la contienda.

  1. En el otro lado del mundo, en Turquía, el Anticristo histórico, el primero que aceptó toda la diáspora de los judíos como Mesías después de su rechazo a Cristo y que se llamó Sabbatai Zevi sería puesto a prueba por el sultán musulmán. Antes que aceptar la prueba del tormento y la muerte para confirmar sus títulos de Mesías, el 16 de septiembre de 1666 apostató del judaísmo pasándose al Islam. Esta apostasía demostrativa de su cobardía en todo opuesta al valor del Mártir del Calvario lo confirman hasta en esto como Anticristo y constituyen las Informaciones sobre el mismo. Informaciones que obran en toda historia del judaísmo. Informaciones que sirven para fundamentar no solo la supervivencia histórica del marranismo judío, que así justificaron los seguidores que le permanecieron fieles, sino el desarrollo posterior de la masonería inspirada en ello. Dicho en otras palabras el sabatianismo, doctrina del Anticristo, sobreviviría hasta hoy en la lucha incesante contra Cristo.

  1. En otoño de 1666 Newton habría de descubrir el cálculo diferencial e integral. Cálculo que será el lenguaje moderno de la física hasta hoy, y el cimiento de toda su obra posterior. Pero no termina aquí la historia. Las fechas nos sirven solo para enlazar los acontecimientos cruciales. Para definir como gran campanada el inicio de la era moderna de lucha entre Cristo y el Anticristo y el papel de la ciencia. Es impresionante, por ejemplo, que el mismo calendario Juliano, así llamado por Julio Cesar quien lo implantara aproximadamente 50 años antes de Cristo no cayera sino hasta 1582 (para dar lugar al Gregoriano) enlace con precisión la sábana Santa y la Imagen de la Virgen de Guadalupe. Y que adicionalmente, siguiera en uso en la Inglaterra rebelde contra el Papa para que Newton pudiera nacer el día que los ingleses celebraban la Navidad. De otra manera ¾con el Gregoriano¾habría nacido en cuatro de enero del año siguiente. La mano de Dios está en todo y va dejando las señales que con el tiempo se descubren.

Para que no quede duda histórica del enlace providencial de los acontecimientos, tanto Newton como Einstein serán probados y reprobados. Newton, durante el breve reinado de Jacobo II encabezó, en 1687 ---año de la publicación de la obra que lo haría inmortal, su Philosophiae Naturalis Principia Matemática--- la resistencia en Cambridge para impedir que la Universidad se convirtiera en una institución católica, lo que le valdría, al ser depuesto el Rey en 1688 ser elegido para representar a dicha universidad en el Parlamento Inglés. Newton sabía bien lo que era el catolicismo, lo sabía tan bien como Jacobo II, el rey defensor de la verdad en el terreno religioso, pero tomó partido por la soberbia y la propia conveniencia y su creatividad científica terminó. En 1693 tuvo una fuerte crisis que afectó su salud mental. Nunca volvería a ser el mismo y produciría nada adicional para la ciencia.

Einstein, igualmente, falló en la prueba. Esta se presentaría en una manera apropiada para un hombre de ciencia, exigiéndole tan solo el aceptar la verdad con todas sus consecuencias. El misterio de la Santísima Trinidad revelado por Jesucristo a sus seguidores hizo acto de presencia en su vida, y esta verdad lo perseguiría toda su vida, y todo el resto de su vida habría de rechazarla para su perdición como hombre y como físico. Los hechos están cabalmente documentados. Fue el año de 1926. Einstein tenía 47 años. Los resultados de su decisión son aplastantemente claros para sus pares, los grandes de la física. Así es como lo describe la mejor historia de la física del siglo XX: Einstein's views became for his peers a source of puzzlement, sorrow, and finally indifference.[1] (Para sus iguales, los puntos de vista de Einstein se convirtieron en fuente de perplejidad, de pena, y finalmente de indiferencia).

Niels Bohr iba a ser su gran contrincante. Bohr le iba a ganar todos los debates y, en el más divertido, el de la Conferencia de Solvay de 1930, vencería a Einstein ¡apelando a la Teoría de la Relatividad de Einstein! Y el problema que Einstein haría suyo para intentar vencer a Bohr iba a ser a partir de 1935 el problema de la realidad que descrito por la física cuántica[2] exige tres dimensiones para cada partícula subatómica --de ahí la asombrosa confirmación que no podía escapar a su genio del Misterio Trinitario--. De esta manera, un átomo de protio (hidrógeno compuesto tan solo por un protón y un electrón) exige para sí solo de seis dimensiones. Y un átomo de oxígeno requiere de tres dimensiones para cada uno de sus ocho protones, de tres más para cada uno de sus ocho neutrones, y de tres más para cada uno de sus ocho electrones. Veinticuatro partículas requieren de 72 dimensiones. Y Así para todas y cada una de las partículas del universo con sus cientos de miles de millones de galaxias con cientos de miles de millones de estrellas cada una. Siendo Dios Trinitario, trinitario es su sello.

Y la trinidad en la unidad acompañaba a Einstein. El mismo año de 1905 produjo tres tesis que harían la fama de cualquiera. Sobre el movimiento Browniano sentaría las bases para que el átomo fuera ya una realidad indiscutible. Sobre el efecto fotoeléctrico se sumaba brillantemente a la física cuántica y sería la de especial mención para otorgarle el premio Nobel. Sobre la Teoría Especial de la Relatividad que generalizaría en 1915 como Teoría General ganaría su fama universal. Así llegó su grandeza, trinitariamente, como en todos los grandes descubrimientos, como las tres carabelas de Colón que en un solo viaje cambiaron la historia del mundo. Como ocurriría con sus tres tesis sobre la teoría cuántica de un gas molecular de 1924-25. Como ocurriría con su reto más productivo a la física cuántica en que tres físicos, él --en 1935-- junto con Podolsky y Rosen plantearían un problema trascendental sobre la realidad, el cual sería resuelto también por un equipo de tres en la Universidad de Paris 47 años más tarde. Como ocurre con toda frecuencia en que tres suben al podio de ganadores en las olimpiadas o para recibir un premio Nobel. Tres para estar completos. Tres para que la excelencia tenga sentido pleno. Tres en la unidad.

'Quantum mechanics is very impressive. But an inner voice tells me it is not yet the real thing. The theory produces a good deal but hardly brings us closer to the secret of the Old One. I am at all events convinced that He does not play dice. Waves in 3n‑dimensional space whose velocity is regulated by potential energy...[3] " (La mecánica cuántica es muy impresionante, pero una voz interior me dice que aún no es lo verdadero. La teoría produce mucho pero difícilmente nos acerca al secreto del Anciano. En todo caso, estoy convencido de que no juega a los dados. Ondas en un espacio 3n-dimensional cuya velocidad se regula por energía potencial...)

Se cita con frecuencia la primera parte, sobre los dados, en que hace referencia al azar propio de las estadísticas, a una de cuyas ramas contribuyó él mismo y que aún llevan su nombre junto al del indio[4] Bose. Las estadísticas de Bose-Einstein. Con lo que vemos que no era tan alérgico... Pero tenía que serlo al Dogma Trinitario para seguir siendo judío, de ahí su referencia al “Anciano”. Dios no es ni “Anciano” ni “Joven” ni grande ni chico. Dios es Dios, y rebasa toda clasificación limitante y toda comparación posible.

Por tanto no fue el azar, ni exigencia alguna de una estricta causalidad, sino la jamás repetida exigencia de tres dimensiones por cada partícula la que lo derribaría de su caballo camino a Damasco.[5] Tenía que elegir entre seguir siendo un monoteísta unitario a la judía o convertirse en un nuevo San Pablo para predicar el evangelio con la fuerza complementaria de la ciencia, lo que Newton rechazó. Ser, o no ser será siempre la pregunta. Decidirse por ser un monoteísta trinitario al descubrirse entre Judas Iscariote y San Pablo. La historia ya lo colocó con Judas en relación con la verdad. Y valoró la decisión por sus consecuencias.

Sí un hombre fue el reverso de la medalla del Einstein vencido, ese fue el apóstol de Cristo, San Pablo, de quien la historia jamás podrá decir que sus puntos de vista fueron fuente de perplejidad, de pena, y finalmente de indiferencia. Y no por razón de San Pablo, sino por su Señor. El mismo Señor que Judas traicionara en la carne y Einstein en la verdad. Einstein en la encrucijada eligió seguir siendo judío, rechazando así la física moderna capaz de llevarlo a glorias aún mayores. Y a la plenitud de la gloria.

Hombre de excepcional talento y cultura, Einstein debe haber tenido conocimiento sobre San Pablo hablando sobre Dios como la realidad: “pues en él vivimos, nos movemos y existimos,” (Hechos 17:28) Y esa realidad trinitaria que contemplaba y rechazaba haciendo como siempre del judaísmo un rechazo al progreso, fue el combustible de su debate con Bohr hasta 1955 en que murió. Muere Bohr en 1962. Es hasta 1964 que el debate queda resuelto en teoría por John Stewart Bell, y en 1982 por tres físicos franceses encabezados por Alain Aspect. Por el contrario del Cid, cuyo cadáver triunfaría una vez más en la batalla, Einstein muerto volvería a perder.

El Dios que Einstein rechazó, “Aquel en quien vivimos, nos movemos y somos”, es el que se nos manifiesta por el HOY. El me ha dicho: «Tú eres mi hijo; yo te he engendrado hoy...» (Sal.,2:7) porque el pasado ya no existe y el futuro aún no llega, lo que hace infantil hablar de máquinas del tiempo que no pueden trasladarse hacia la nada, difiere absolutamente del Creador alejado del mundo tras la Creación. Está tan presente como el presente. Se ríe de los sabios que pretenden dar o exigir pruebas de su existencia. El HOY ES ÉL que nos sostiene. Es el Señor del Cerca y del Junto como le llamaban los Aztecas, porque ya no hay pasado, porque aún no hay futuro, porque el futuro para serlo tendrá que pronunciarse HOY.

Ese mismo Dios es el que clavado en una cruz en el Calvario nos redimía con su Sangre, con su Dolor que borraba todo el placer de nuestros vicios para regenerarnos, y actualiza con su Sangre en cada misa los frutos de su Sacrificio HOY, HOY y HOY, por ser el Dios del HOY. Al rechazar a Cristo, Einstein se quedo sin entender, en plenitud, el tiempo, cambiando también su primogenitura por un plato de lentejas.

El mundo corre hacia el abismo no porque lo quiera Dios, ¡ciertamente!, sino por la rebelde soberbia de los grandes elegidos que pudieron haber sido los grandes apóstoles, y la rebeldía de grandes y pequeños, pecadores todos que pudieron alcanzar para los grandes gracias mayores.

Los chamacos con sus computadoras saben lo mucho que se pierde cuando es necesario formatear el disco duro. Pero saben también que llega el momento en que no queda más que eso. Con la humanidad es igual como tuvo que hacerlo Dios con el Diluvio Universal, y con la destrucción total de Sodoma y Gomorra. La humanidad se acerca al Apocalipsis. Pero también el Apocalipsis dejará un nuevo amanecer.

El año de su muerte, Albert Einstein escribiría a Kurt Blumenfeld: “Tardíamente le doy gracias por haberme hecho consciente de mi alma judía.” Murió a la una y cuarto de la madrugada del 18 de abril en Trenton, New Jersey. La autopsia le fue practicada esa mañana. Su cerebro se guardó en un frasco de formol, pero no así su corazón que fue cremado con el resto de su cuerpo.

Sus cenizas fueron esparcidas en un lugar secreto.

Así, Albert Einstein carece de tumba, y un cerebro no tiene corazón, porque si ese corazón no hubiera traicionado a la verdad, Einstein, el apóstol, habría seguido el camino de san Pablo y alcanzado sus victorias; y una sola humanidad agradecida bajo Cristo estaría reunida junto a su sepultura orando al Padre con un corazón agradecido.

Y la ciencia nos habla en católico para la victoria, porque ¿Quién hay como Dios?



[1] The Second Creation, Robert P. Crease and Charles C. Mann, P. 40. Macmillan 1986.

[2] La física cuántica es la física moderna a la que Einstein en un principio contribuyó de manera excepcional y después detestó.

[3]Carta a Max Born, diciembre de 1926. P.443. Abraham Pais "Subtle is the Lord... The Science and the Life of Albert Einstein. Oxford University Press, 1982.

[4] Indio de la India, Indio para nuestros aborígenes fue error de Colón. Indú, como lo acostumbramos, se refiere, propiamente, a una de las religiones de la India.

[5] Referencia a la forma en que fue convertido San Pablo.

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