lunes, 6 de agosto de 2007

DOS IMÁGENES, UN SOLO AMOR

El Amor, La Esperanza, una Misa y dos Imágenes


No hay humanidad completa sin la esperanza. El significado de la Encarnación del Hijo de Dios, su vida, pasión, muerte y resurrección tienen dimensiones tales que de allí en adelante nada puede ser demasiado bueno para no ser cierto. La humanidad entra de lleno a la realización de la esperanza. Pero no todos...

Sólo unos cuantos pueden decir con sus vidas: ¡Sólo lo mejor es demasiado bueno para no ser cierto! Lo dijeron con su sangre, testimonio de heroísmo. Lo dijeron con la entrega de sus vidas, testimonio de fe por la esperanza. Lo dijeron siempre ante la adversidad; y en la admiración de todos arrastraron a un mundo con su ejemplo.

Fundaron con Cristo un mundo nuevo que ni el infierno podrá vencer.

El falso optimismo moderno que no escarmienta de una ciencia bombardera con atómicas, de una tecnología destructiva como la bestia que viera el profeta Daniel, toda de hierro que destrozaba todo con sus patas, de un concepto de vida capaz de aspirar a reencarnaciones sucesivas sin horrorizarse de prolongar así su mediocridad de esclavos, de indecisos, de conformismos ramplones, solo podía ser rescatada por las imágenes que atestiguan en el amor de Dios la razón de ser del hombre.

De esta manera, dos imágenes sagradas incursionan en la historia para sanar al hombre de principios del tercer milenio. Es gracias a ellas que ahora comenzamos a entender el plan de Dios.

Dos imágenes, un amor. Enlazadas por el mismo calendario, el Juliano, llamado así por Julio Cesar que lo implantara para Roma. La Sábana Santa con las huellas de la pasión, muerte y resurrección del Señor nos garantizan el perdón de una Misericordia infinitamente mayor que nuestros pecados.

Un amor sublime, como solo el amor que se despoja de todo hasta hundirse en el dolor y la injusta ignominia, aunada a la perfecta inocencia para expresarse en plenitud. Sí, sólo ese amor puede clamar hacia aquellos llamados por la gratitud a entregarse también sin regateos al amor de todo un Dios.

Es la Sábana Santa un negativo en blanco y negro sobre el lino sagrado. Fecha: Año 33 de la era cristiana. Imagen de dolor y de paz. De muerte, y de sobrehumana grandeza. La imagen más tremenda del dolor humano. De la cruz del hombre rescatada por la Cruz de todo un Dios.

Es el ayate de Juan Diego ― la imagen de Santa María de Guadalupe― su contraste. Todo el dolor del Señor se ve como compensado, armonizado en la glorificación de Su Madre, nuestra Madre. Las manchas rojizas de la Sábana, el positivo en blanco y negro, el doloroso conjunto, parece ceder su lugar a la imagen glorificada de María de Guadalupe. Lo he padecido todo, ―dice el Creador y Redentor― para glorificar a la Madre que te doy por Madre; para mayor gloria de mi Padre, por el Espíritu Santo Amor Infinito que es la única explicación de Mi Locura de Amor por esa Madre, que te doy por Madre.

Es el año de 1531, y en 1582 el calendario Juliano cae para ser reemplazado por el calendario Gregoriano. Cincuenta y un años después de las apariciones de Santa María de Guadalupe. Como cincuenta y un años-1 antes del censo de Belén decretado por otro Cesar, Augusto, fuera implantado; como evidencia y refuerzo adicional a la esperanza. El calendario Juliano que pretendía honrar a Julio Cesar lleva ya en sus iniciales JC, las iniciales mismas de Jesucristo. Su himno a la Esperanza.

San Claudio de La Colombière S.J., a quien Jesucristo describiera a santa María Margarita Alacoque como El amigo perfecto y el siervo más fiel, compuso esta oración que es un verdadero himno a la esperanza:

Estoy tan convencido, Dios mío, de que velas sobre todos los que esperan en Ti, y de que no puede faltar cosa alguna a quien aguarda de Ti todas las cosas, que he determinado vivir de ahora en adelante sin ningún cuidado, descargando en Ti todas mis solicitudes. ‑‑‑En paz me duermo y enseguida descanso, porque Tú, Señor, me has confirmado singularmente en la esperanza ‑ (Sal 4, 10).

Despójenme en buena hora los hombres de los bienes y de la honra, prívenme de las fuerzas e instrumentos de servirte las enfermedades, pierda yo por mí mismo tu gracia pecando, que no por eso perderé la esperanza, antes la conservaré hasta el postrer suspiro de mi vida, y vanos serán los esfuerzos de todos los demonios del infierno por arrancármela.

Que otros esperen la dicha de sus riquezas o de sus talentos: que descansen otros en la inocencia de su vida, o en la aspereza de su penitencia, o en la multitud de sus buenas obras, o en el fervor de sus oraciones, en cuanto a mí, toda mi confianza se funda en mi misma confianza: ‑‑ porque Tú, Señor, me has confirmado singularmente en la esperanza ‑‑‑ . Confianza semejante jamás salió fallida a nadie ‑‑‑ Nadie esperó en el Señor y quedó confundido. (Sir. 2, 11). Así que, seguro estoy de ser eternamente bienaventurado, porque espero firmemente serlo, y porque eres Tú, Dios mío, de quien lo espero: ‑‑‑ En Ti Señor, he esperado, no quede avergonzado jamás. (Sal. 30, 2; 70, l).

Conocer, demasiado conozco que por mí soy frágil y mudable, sé cuánto pueden las tentaciones contra las virtudes más robustas, he visto caer las estrellas del cielo y las columnas del firmamento, pero nada de eso logra acobardarme Mientras yo espere, estoy a salvo de toda desgracia, y de que esperaré siempre estoy cierto, porque espero también esta esperanza invariable.

En fin, para mí es seguro que nunca será demasiado lo que espere de Ti, y que nunca tendré menos de lo que hubiere esperado, Por tanto, espero que me sostendrás firme en los riesgos más inminentes y me defenderás en medio de los ataques más furiosos, y harás que mi flaqueza triunfe de los más espantosos enemigos. Espero que Tú me amarás a mí siempre, y que te amaré a Ti sin intermisión, y para llegar de un solo vuelo con la esperanza hasta donde puede llegarse, espero a Ti mismo, de Ti mismo, ¡oh creador mío!, para el tiempo y la eternidad.

Más sobre el enlazamiento histórico para la Misa Tridentina

El calendario que cambio el papa Gregorio XIII, confirmó su relevancia con otro papa de nombre también Gregorio. Fue el primero de ese nombre, Gregorio Magno, y el enlace con la primera imagen de Santa María, que casi ocho siglos después tomaría por primera vez el nombre de Guadalupe. Esta es la historia:

1.‑ Durante el pontificado de Gregorio I (590‑604), primer compilador de la Misa, santo y doctor de la Iglesia; se presentó en Roma una gran peste y mortandad. Salió el papa en procesión con una pequeña imagen tallada en madera que representaba a la Santísima Virgen María con el Niño en brazos. La imagen fue tallada por San Lucas evangelista ―como lo sostiene antigua tradición―, y explica la valía otorgada por este papa a la imagen que debe haber sido muy apreciada por la Santísima Virgen. Esta fe pronto se vio doblemente confirmada: primero cesando la peste, y además con una visión: un ángel que envainaba una espada ensangrentada. Visión que aún hoy, inmortalizada en escultura puede verse sobre el 'Castel Sant’ Angelo', ‑el Castillo del Santo Ángel‑ en el lugar que el Papa tuvo la visión, junto al Tiber en Roma. Esta imagen del milagro mariano iba a ser conocida como la Virgen de Guadalupe de Extremadura (Cáceres) a partir del siglo XIV, unos doscientos años antes de las apariciones de la Virgen de Guadalupe en el Tepeyac (s. XVI).

2.‑ En tiempos del papa Gregorio I, reinaba en España la monarquía visigoda que desde el siglo IV se convirtió al arrianismo. Arrio negaba la divinidad de Cristo en los mismos términos que hoy la niegan los 'Testigos de Jehová', los Unitarians, y la secta que se autonombra 'La Luz del Mundo'. Son arrianos los que afirman --contra el Concilio de Nicea (325 D.C.)-- que Jesucristo no es engendrado por el Padre; que Es el Verbo consubstancial al Padre; sino que afirman que es creación del Padre. Los godos, raza germánica que en sus orígenes vivían al sur de la Península Escandinava fueron azote por siglos del Imperio Romano. No se convierten al cristianismo sino al arrianismo bajo la influencia de un obispo arriano llamado Ulfilas-2, cuya importancia para las lenguas germánicas estriba en su traducción de la Biblia al godo en el mismo siglo IV, siglo en que también San Jerónimo la traduciría del griego a la vulgata latina.

Esta lengua germánica queda fijada por este hecho cuatro siglos antes que otros dialectos germánicos. En consideración a que todos los godos, ostrogodos y visigodos fueron convertidos al arrianismo, los únicos germanos convertidos directamente a la fe católica fueron los francos, que ya con Carlomagno se convierten en el principal apoyo del papa y de la Iglesia, y dan a occidente su primer renacimiento, el renacimiento carolingio (s. VIII). Retomemos brevemente la historia de los visigodos para explicar como fue que dicha imagen llegó a España, y su íntima relación con el ayate de Juan Diego: Después de que Atila, rey de los hunos; el llamado el Azote de Dios es vencido por una coalición encabezada por Meroveo rey de los francos, Teodoredo, rey de los visigodos, y por Aescio, general romano en la batalla de los Campos Cataláuricos (23 de Julio de 452 D.C.), tres de los hijos de Teodoredo; Turismundo, Teodorico, y Eurico van a ocupar sucesivamente el trono ensangrentado.

Los arrianos se matan como Caín mató a Abel cambiando solo la quijada de burro por el filo del puñal. Eurico quien reinara de 466 a 484, autor del último fratricidio se hace célebre con la proclamación del llamado Código de Eurico, enlace entre el derecho romano y el medieval.

Hay una lucha continua en España entre esta monarquía visigoda y arriana y los católicos hispano‑romanos que hará explosión en época de Leovigildo, reinante de 573 a 586 que asocia a su gobierno a sus hijos Hermenegildo y Recaredo; hijos de su primer matrimonio con Teodosia.

Leovigildo casa en segundas nupcias con Gosvinda, acérrima arriana. En los últimos años de su vida la sorda lucha entre arrianos y católicos estalló con la rebelión de su hijo Hermenegildo a quien había nombrado gobernador de la Bética, y allí se había convertido a la fe católica influido por su esposa y por San Leandro.

Vencido Hermenegildo muere a manos de Sisberto, que estaba a cargo de su custodia por negarse a recibir la comunión al modo arriano. A la muerte de Leovigildo en 586 Recaredo es coronado rey de España. La benéfica influencia de San Leandro y el martirio de Hermenegildo llevan a su conversión. La religión católica se convierte en la religión oficial de España bajo Recaredo el año de 489, poco antes de que San Gregorio sea proclamado papa.

Este giro extraordinario tiene toda la importancia imaginable para el nuevo pontífice consciente de la larga y sangrienta lucha en suelo español, y de la grandeza de carácter de ese pueblo tan romano como la misma Roma; de su posición estratégica, y de la posibilidad de consolidar con su conversión la fe en Europa occidental. El Papa invita a San Leandro y otros obispos a Roma.

Hermenegildo muerto por la fe es ya un mártir católico a los ojos de los hasta poco antes atribulados hispano‑romanos. Pero es urgente consolidar la fe en España. En consideración a esta delicada situación, San Leandro se queda en casa pero envía a su hermano San Isidoro. Con motivo del milagro del santo ángel y la terminación de la peste que corroboran la predilección de María Santísima por la imagen se confirma también lo que la larga tradición sostenía sobre su origen.

El Papa envía como regalo la imagen con una carta, garantía para los católicos de una especial protección de María. Poco más de un siglo después, en 711, cae para siempre la monarquía visigoda con la invasión árabe. La forja de España como soldado de Dios ha retomado su espíritu romano, larga y dura prueba pero con una esperanza más sólidamente mariana. La imagen y la carta son ocultadas en una cueva que se tapa con piedras y se recubre con tierra cerca de un río que, más de 600 años después, habrá de conocerse como Río Guadalupe.

3.‑ Hay dos sucesos extraordinarios en el siglo XIV cuya relevancia ha venido a ser entendida hasta el siglo XX:

A.- La Sábana Santa que envolvió el cuerpo de Jesús crucificado y muerto en el sepulcro, con la imagen en negativo del Cuerpo Sagrado comienza a adquirir notoriedad al ser presentada públicamente en 1357 por la viuda de Godofredo de Charny, Jeanne de Vergy. Muerto Godofredo el año anterior por los ingleses en la Batalla de Poitiers, la viuda empobrecida pretende al exhibirla en la pequeña iglesia de madera de Lirey las limosnas de los fieles con las cuales sostenerse.

B.- Durante el reinado de Alfonso XI llamado el Justiciero rey de León y Castilla (1321 1350) se aparece la Sma. Virgen a un vaquero ―Gil Cordero― natural de Cáceres, en Extremadura, y le ordena llamar a los clérigos para que en ese lugar de la aparición excaven para encontrar una imagen suya, "la sacaseis de allí y le hicieseis allí una casa, y que los encargados de su casa diesen de comer una vez al día a todos los pobres que a ella viniesen. Y me dijo más: que haría venir a ésta su casa a muchas gentes de diversas partes, por muchos y grandes milagros que ella haría por todas partes del mundo, así por mar como por tierra, y que allí, en aquella montaña se haría un gran pueblo" Milagros acompañan al suceso. La imagen que fuera ocultada en el año de 711 es reencontrada con la carta que Alfonso IX mandó fuera incorporada a sus crónicas reales. Se da entonces a la imagen el nombre del lugar: Santa María de Guadalupe.

De esta manera, y en el mismo siglo XIV, el nombre de Guadalupe y la Sábana Santa comienzan su peregrinar por la historia.

Siglo XIV, siglo en que el racionalismo comienza a hacer presa del occidente cristiano, imponiéndole sus limitaciones de una ciencia coja y manca, la siempre incompleta, la aún no acabada, que lastra con soberbia el desarrollo del espíritu. Ciencia que degradó al pueblo de la fe completa hasta la incompleta razón. Ciencia ignorancia que solo la fe puede remediar, salvando del pesimismo para el retorno a la caridad y a la esperanza. Junto al mal, Dios ha dispuesto el bien para salvarnos. Las pruebas para que volvamos a Ellos los ojos, y doblegada la mente impotente triunfe el corazón para que el hombre vuelva a ser imagen no del simiesco pesimismo, sino de Dios, por la esperanza.

La parte referida a la misa continúa abajo en este mismo blog --después de los piés de página-- como carta al Vicario General de la Arquidiócesis de México y capital de la República.

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1.- La cifra en este caso es aproximada.

2.- Al igual que al principio del Nuevo Testamento, los dos bandos de Génesis 3,15, aparecen traduciendo la Biblia. San Juan Bautista y Jesucristo llaman raza de víboras a los judíos que rechazan el evangelio (Mat. 3,7; 12,14; 23,33; y también Luc. 3,7) en clara alusión a Génesis, Satanás (convertido en predicador de la Biblia) pretende predicarle al mismo Cristo el Salmo 91,12 como aparece en Mateo 4,6: y le dice: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: A sus ángeles te encomendará, y en sus manos te llevarán, para que no tropiece tu pie en piedra alguna.» Con el mismo espíritu traducen la Biblia Ulfilas, Wicleff al inglés en el siglo XIV, y Lutero al Alemán en el s. XVI: Todo para que el pueblo cristiano niegue la plena divinidad de Jesús en su Iglesia y se entregue a una fe sin obras ni méritos propios. La Iglesia los ha clasificado como judaizantes

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